Maria Auxiliadora – Breña


Reseña

Debemos iniciar mencionando que la Congregación de las Hijas de María Auxiliadora se funda en Italia allá por el año 1872, siendo sus fundadores la Hna. María Dominga Mazzarello y Don Bosco, quien años atrás había fundado la congregación Salesiana, cuyo carisma es la formación de niños y jóvenes. Por ello al encontrarse en el pueblito de Mornesse (Italia) con una Hna. que hacia la misma labor que él pero con las niñas, decide ser co-fundador de una nueva congregación que bajo la misma visión y el carisma salesiano atendería a las niñas y jóvenes y es desde ese entonces que el mismo Don Bosco le encomienda esta labor al Instituto de las Hijas de María Auxiliadora en todo el mundo.

Pasaron los años y como en los "sueños de Don Bosco", la comunidad de Salesianos y Salesianas ha crecido, la obra se ha multiplicado, el mensaje de amor y la predilección por los más necesitados sobre todo los jóvenes del mundo, ha hecho que la semilla que un día sembrara Don Bosco germine. Hoy en día existe al menos un integrante de la familia Sale siana en casi todos los paises del Mundo, es así como también un día lle garon al Perú, en una etapa en que nuestro país se recuperaba de las graves heridas de la guerra que había tenido que soportar a finales del siglo XIX. Esta es pues la historia de como vivieron esos primeros años... La Llegada al Perú.

Corría el año 1885 , madre Mazzarello ya había muerto y le sucedía en la animación del Instituto Madre Catalina Daghero. Las Hijas de María Auxiliadora estábamos creciendo en el mundo, cuando un misionero franciscano, el Padre Luis Torrá como promesa a la Virgen por una gracia concedida, escribió y difundió en el Perú la vida de Don Bosco y la devoción a María Auxiliadora.

Mientras tanto, el Dr. Manuel Candamo -que entonces era presidente de la Beneficencia Pública de Lima y luego fue presidente del Perú- había recibido un donativo para la institución de una obra a favor de los niños pobres y abandonados. Pensó entonces en las Hijas de María Auxiliadora para las niñ;as y en los Salesianos para los niños, abriendo así de este modo el camino a la obra salesiana en el Perú.

Luego de las gestiones respectivas, el 26 de julio de 1890, en Turín se suscribía el Contrato entre la Beneficencia Pública de Lima representada por el Dr. José Canevaro y la Congregación Salesiana , representada por el Rector Mayor Don Miguel Rúa.

Ese mismo año, pasaban por Lima dos Salesianos con destino a Ecuador y Colombia. Uno de ellos, Don Ángel Savio a pedido de Don Rúa se quedó quince días en Lima para tratar el asunto de la fundación, antes que llegara Don Santiago Costamagna para conocer la nueva tierra de misión y ultimar detalles respecto a la nueva presencia en el Perú.

En 1891, en la Basílica de María Auxiliadora en Turín se realizó la solemne despedida de la nueva expedición misionera. El padre Carlos Pane, otros Salesianos y nuestras Hermanas emprendieron viaje y tras 45 días surcando mares y aprendiendo el castellano, llegaron el 28 de septiembre de 1891 al puerto del Callao.

Venían 9 entusiastas Hermanas Sor ángela Piai, Sor Luisa Pompignoli, Sor Lavinia Albertini, Sor Luigia Grassi; Sor Marcelina Zinelli, Sor Rosa De Valle, Sor Teresa Tapparello, Sor Elisabetta Maio y Sor Luigia Ruatta. Todas eran jóvenes y venían con mucho ardor apostólico desde Nizza para hacerse cargo del "Instituto Sevilla" ubicado en el barrio del Rímac donde las Hermanas servían a las jovencitas más necesitadas según se había acordado.

Fueron a recibirlas al puerto del Callao por el Arzobispo de Lima, Monseñor Manuel Bandini, el Dr. Manuel Candamo, el superior de los Padres Vicentinos y el padre Antonio Riccardi, Salesiano, antiguo secretario de Monseñor Costamagna que venía desde Argentina destinado como Superior de la nueva fundación salesiana.

Al inicio las Hermanas fueron acogidas por las Hermanas Vicentinas y los Salesianos por los Padres Vicentinos quienes fueron muy caritativos y cordiales, mientras tanto se avanzaban los trabajos de adaptación e implementación del lugar donde vivirían y trabajarían.

Por fin, el 15 de octubre de 1891 las Hermanas entraban al nuevo local llamado Instituto Sevilla y el 26 de diciembre del mismo año iniciaron oficialmente la nueva misión. Recibían niñas de 12 a 16 años, la mayoría huérfanas o desamparadas. Las Hermanas se dedicaron totalmente a la misión y lograron hacer de esa primera obra una casa donde se crecía, trabajaba y amaba bajo la tierna mirada de Dios.

Muy pronto empezaron a surgir las primeras vocaciones peruanas. En los siete años que las Hermanas estuvieron atendiendo esta obra, once jovencitas pidieron ser Hijas de María Auxiliadora. Entre las primeras vocaciones nacidas en esta casa están Sor Emilia Ottone, Sor Victoria de la Torre , Sor Rafaela Cáceres y muchas más.

A pesar del gran cariño y dedicación de las Hermanas a esta obra, conforme pasa el tiempo, se van descuidando los compromisos y los ofrecimientos que se hicieron al pedir que vinieran las Hermanas. Por eso en 1898, se ve la necesidad de no renovar el contrato por las dificultades con las autoridades civiles que no permitían desarrollar la obra salesiana en cuanto tal. Pero la semilla ya estaba echada en el surco y comenzaba a crecer. El primer fruto va a ser la casa del Callao, que marca el inicio de una etapa en la vida de la Provincia. Allí llegan las Hermanas el 20 de abril de 1897 y aunque la casa es transitoria pues luego cambian a la actual ubicación, ya es una casa de la Congregación , la primera del Perú. Aquí se van formando y profesan las primeras Hermanas que van entregando sus vidas en bien de las niñas en el oratorio, en el taller y en la escuela Primaria. Después, se acoge la invitación para ir a Ica, y el 30 de abril de 1898 se abre la casa en Hoja Redonda. Era una gran hacienda y se había pedido que las Hermanas cuidaran de la formación de las niñas hijas de los trabajadores. Las Hermanas se dedicaron a hacer el bien, pero cuando empezó el descuido por parte de los dueños, se vio conveniente no continuar y se retiraron pocos meses después.

El Arzobispo de Lima había aceptado que las Hermanas dejaran el Instituto Sevilla y también que se abriera la casa del Callao pero pedía también su presencia en Lima y después de muchas dificultades y búsquedas el 4 de noviembre de 1898 una parte de la Comunidad de Sevilla pasó a la casa de la calle Belaochaga en el centro de Lima. Aquí reinaba la pobreza material pero abundaba la riqueza espiritual del "Ora et Labora" y del "Da Mihi Anima Coetera Tolle". Aquí surgen nuevas vocaciones, las Hermanas Muga, S. Estela Roldán, Sor Mercedes de la Torre. En esta casa así como en el Callao se echaron raíces de lo que sería la Inspectoría Santa Rosa de Lima.

Luego vendría una y otra fundación. Y la vida continúa creciendo y la Inspectoría va desarrollándose gracias a la entrega de nuestras primeras Hermanas que supieron acoger el llamado de Dios y que encarnaron en nuestra tierra el carisma salesiano.

Esta presencia seguirá creciendo día a día mientras las Hermanas, las jóvenes y los colaboradores pongamos nuestro granito de arena para la extensión del Reino.


  • Jirón Olmedo 120 Breña -
    Altura de la Cuadra 4 de la Av. Brasil. - Cód. Postal 15083.
  • Teléfono: (01) 423-0628 (01) 330-1784



Contáctenos
  • Dirección : Av. General Suárez Nº 287 - 4º Piso Miraflores
  • Teléfono : (511) 242 3018
  • Correo Electrónico : asociacion@adecoreppff.org
Escribanos...